En los años recientes, la magnífica labor de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica está mostrando no la realidad de la represión franquista -que es bien conocida- sino recuperar dónde están los desaparecidos del régimen. La labor de la asociación es aplaudida por la mayoría de los políticos y medios de comunicación.
Paralelamente a dicha investigación, un grupo de periodistas, historiadores y escritores reivindican la represión existente en la España frentepopulista. Y esa labor es sistemáticamente denigrada. Así, los trabajos de Pío Moa son tratados de propaganda y no historia (Francisco Espinosa, 13/5/04) o bien de rancia mercancía ideológica (Alberto Reig Tapia, 29/7/03).
A César Vidal tampoco se le trata demasiado bien. Javier Tusell critica su libro "Checas de Madrid" como insostenible no sólo por las innumerables páginas de relleno, sino por la carencia de cualquier capacidad crítica para abordar el número de ejecutados de forma sumaria entonces. Lo que el autor realmente encuentra ofensivo es que el libro fue utilizado como ariete nada menos que contra los portavoces del PSOE en la Asamblea de Madrid. ¡Nada menos que contra el sagrado PSOE!
En fin, parece que nadie de la izquierda ha leído aún a Joan Vilarroya.
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