Cuando uno se acostumbra a que todo el mundo le baile el agua en su país y que nadie le tosa, suele olvidar las buenas maneras. Así que uno va a una reunión internacional, no respeta los turnos de palabras, interrumpe, y pone a parir a quien le sale de la punta del pie, es normal que se le llame al orden y se le mande callar. Lo de menos es quién le manda callar. Nuestro Rey, al que la Constitución le ha dejado poco margen de maniobra, hizo su trabajo. Representar a España y defender a un Gobierno elegido (y depuesto) democráticamente por sus ciudadanos.
Mico Mandante, cuando uno exige el respeto de un Jefe de Estado y afirma que se le ha elegido democráticamente, ¿por qué no muestra el mismo respeto a la elección de George W. Bush, Vicente Fox, José María Aznar o X?
Le ruego que en su próximo No-Do, ¡ay! perdón, "Aló Comandante", menudo lapsus, "Aló Presidente", ¿podría hablar de la definición de fascista? Le ruego que compare la trayectoria política de Adolf Hitler, Benito Mussolini y algún reconocido totalitario que reforma las leyes para ser elegido a perpetuidad. Si quiere, puede hablar de la característica de adhesión al líder que presentaban el NSDAP o los Camisas Negras.
El torero, Mico Mandante, no embiste a ciegas contra el capote.
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